
A veces percibir algo como nuestra proyección cuando no lo es, nos hace tragarnos cosas que queremos decirle a un otro . A veces ello nos impide poner un limite saludable a otro que nos está invadiendo con su ruido, sus consejos, su acercamiento e incluso su risa y sus abrazos. A veces creer que » es mi proyección» nos hace sepultarnos en el silencio, creer que todo es un espejo de algo que tenemos que sanar es una manera de autoinculparnos o cargar con un peso de una responsabilidad que no es nuestra, entonces «todo es tu proyección» más que un espejo es un espejismo. Es un totalitarismo muy tipico de la falsa espiritualidad con el que podemos hacernos mucho daño e incluso enceguecernos forzadamente. A veces la rabia no es algo » a sanar» sino la energía de supervivencia que necesitamos para gritarle a alguien que no quiere escuchar que está haciendo algo que nos molesta e incluso daña o que pasa de los limites que queremos permitir , » todo es mi proyección» puede convertirse en la manera mas tirana de abusar de nosotros mismos.
Sergio Sanz Navarro