MISERICORDIA

Es el gesto interno y la experiencia que describe las entrañas de la compasión y la autocompasión. Es el agua que bebemos en el calvario y la crucifixión de los juicios en los que nuestra alma se pierde. Cuando ni si quiera puedas darte la razón a ti mismo abrazáte como si todo el universo se estuviera transformando en ese acto pues no necesitas tener la razón para ser amado y habrá muchos momentos en la vida en lo que sientas que te equivocaste.

Cuando te despiertes entre ruidos y naúseas y tu boca arroje toses que son gritos de desesperación y angustia recógete en el corazón de Dios que todo lo inunda, del Ser Amor que somos, en el hogar de la misericordia donde todas nuestras percepciones de miseria que vemos afuera y adentro, todo nuestro vivirnos miserables, se suaviza en un amor incomprensible.

La etimología de misericordia es llevar la miseria que percibimos como si fuera real al Corazón. Aunque a veces no sintamos la luz de nuestro centro brillar con fuerza y pareciera que titubea cual llamita en mitad de la fría tempestad no subestimes al fuego inextinguible del Espíritu donde puedes permitir que se evaporen todos esos fantasmas impersonales para que una vez corrido el tupido velo de la fealdad y la maldad de la que nos acusamos y con la que justificamos nuestro automaltrato podamos contemplar la belleza del amor que hay más allá de las brumas de las percepciones.

Misericordia es la cura de las llagas del tiempo, es el sosiego que aguarda para que nos acolchemos en él cuando el cansancio y el agotamiento hacen que nuestro ímpetu flaquee.

Misericordia es la inmensidad del amor llevada a nuestros momentos de sufrimiento, es una decisión momento a momento y respiración a respiración, es la quintaesencia del nuevo e intemporal perdón y el pórtico que cruzamos cuando habiendo dado realidad al infierno necesitamos volver al vergel de la paz.

Es esa paz la que con tanta insistencia buscamos y también la que tanto insistimos inconscientemente en perder ,aunque en realidad la Paz sigue ahi en el fondo aunque creamos haberla perdido o creamos habernos alejado.

Confieso que es dificil no creer las voces que nos invitan a creer que todo es un error pero son simplemente voces sordas, ecos de una vieja locura en la que decidimos creer, pero en la misericordia ningún falso efecto de daño puede tocar la inexplicable inocencia e invulnerabilidad de nuestro ser divino que experimentamos cuando escuchamos la Paz del Silencio.

Benditos sean tus mis ojos misericordiosos y bendito sea el fruto del vientre de nuestro amor hermanitos y hermanitas . Desde lo más profundo del abismo que alguna vez tocamos somos testigos de que más allá de lo que pueda ocurrir se puede confiar incuestionablemente en la perfección , no en una perfección fabricada con interpretaciones y justificaciones sino una perfección que existe en el espacio del que todo brota, una perfeccion que somos, amor creador, y en la que la serenidad se vive y se siente.

Sergio Sanz Navarro

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